Corazón de martillo, martillo de hierro
¿Qué hacemos aquí sentados, ebrios de pereza,
Como hijos de nazarena?
¿Qué hacemos aquí sentados, nosotros,
Que tanto podemos hacer?
No nacimos para escuchar discursos sobre su gran bien y su terrible mal
No estamos aquí para acurrucarnos bajo los pilares de sus instituciones
¿Qué hay que pueda detenernos si vencemos a esa vieja ramera,
La complaciente desidia?
¿Qué esperamos aquí, ensoñando, con tantas deliciosas victorias coqueteándonos,
Deseando que las conquistemos?
Nuestro corazón no late a martilladas para que le asfixiemos en comodidad
Nuestra visión no es atemporal para dormir por siempre
En pie, en pie y andando, soldado de impiedad.
(10/2004)
Odio arde en nuestros corazones
He poblado mis noches con Tus ídolos
Destellos de Tu presencia me llamaban
A perder la razón en busca del nombre
Incendiado mi pecho
Somos aquellos de la antorcha
Fuego arde en nuestros corazones
Pappe Satan, Pappe Satan Aleppe
Ensoñabas la gran logia de la cual ahora eres vivo sacramento
Este infame sacerdocio ahora es tu honorable titulo
Ama cuanto necesites, odia hasta el orgasmo
Encontraste ya el camino que en la somnolencia creías entrever
He aquí el dios, mira ahora los medios
El exitoso ritual y la verdadera filosofía
Insuficientes verbos para el monstruoso Ser
Te disuelves en tus pesares para coagularte en cada triunfo
Después a la inversa
Para darte cuenta de que Él realmente nunca duerme
Que aquella vez que ingenuo pronunciaste el nombre
Realmente se posaba sobre ti la sombra de Sus alas.
(03/2005)
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